Te doy un regalo.

Hoy te doy un regalo.

Este regalo es anónimo y carece de remitente.
Este regalo es de aquellos que se comparten pero no pueden desecharse.
Te regalo unos meses, unas horas, unos minutos, muchos segundos y un poco mas.
Te regalo un tanto de letras con signos de interrogación y exclamación,
muchas comas, y unos que otros puntos suspensivos. Pero
este regalo no trae consigo un punto final.
Te regalo distancias largas,
largas a lo alto y a lo bajo.
Muchas caminatas, una que otra escalada y sobre todo
te regalo muchos descansos.
Te regalo asfalto, pasto y lodo. Moldea la arcilla.
Te regalo puertas, muchas puertas para cruzar.
Te regalo cielos, cielos para mirar y contemplar,
contar sus luces, buscar formas y cegarse un poco cada vez que el sol se pose en tus ojos.
Te regalo amigos, conocidos y extraños, nunca enemigos.
Te regalo fiestas, alcoholes y hierbas para el son.
Te regalo frutas exóticas, nombres raros y bebidas familiares.
Te regalo sonidos inusuales y ajenos,
Te regalo canciones, rumbas, sones, porros, palenqueras, cumbias, tamboras, gaitas, sonajas, cencerros y mas.
Te regalo epígrafes  y muros de lamentaciones.
Te regalo ilusiones y desilusiones, sueños y realidades, pasados y futuros, rojos y negros... todos    resisten.
Te regalo una pluma negra y una libreta en blanco.
Te regalo un mapa que borra sus caminos. Habrá que trazarlos de nuevo.
Te regalo ...
Te ...
...

¿Te doy un consejo?
Nunca nombres este regalo, no le busques nombre ni calificativos.
Si alguna ves te preguntan di que nunca lo abriste, que prefieres el suspenso de saber lo que es.
Tampoco busques nombre a su remitente, este prefiere el anonimato, tal vez sea la mejor forma de recordarlo.
Si lo imaginas puede que su rostro no sea aquel,
quédate con el eco escondido en la costilla izquierda de tu pecho.
Mi regalo no es por tu despedida, sino por tu
bienvenida.

La muerte
abre el camino ...
prende la vela
una vez mas.

Bogotá, 2013 

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