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OBERTURA*




¡Como pensar, un instante siquiera,
que el hombre mortal vive!
El hombre está muerto de miedo,
de miedo mortal a la muerte.

Xavier Villaurrutia




¿Cuál será el punto apropiado para efectuar la partida? Fragmentar para (re)montar(me) a la hiladura del recuerdo, segmentar lo ya inciso para intentar su reconstrucción, montar el corte para asegurar su movimiento, es decir, articularlo; afianzar mis rodillas para posibilitar mi trayecto(ria).

Hablar y escribir de sí mismo supone conocerse y saberse quien se es antes de escribir o hablar, identificarse en un juego de duplicación en donde uno asegura poseer la cualidad total del otro, y así poder dar cuenta de ésta. Pero, ¿es posible poseer tal cualidad total de sí mismo? -Yo pienso que no.-

Conocer la totalidad propia implica determinar sus bordes para conocer lo intrínseco a ella, exponerla de principio a fin y abordar todas sus partes. Esta suposición es simplemente paradójica, ya que identificar los límites de la totalidad es fragmentarla, realizar un corte para decretar sus márgenes, constituirla como un segmento para poder ser analizado e identificado. Si esto es así, ¿cómo puede un segmento ser a la vez una totalidad?

Desplegarse para poseer la totalidad ya supone en sí una fragmentación. Para conocer esa totalidad es necesario abarcar la cobertura de nuestros límites, presenciar el origen y el fin, remontarse al pasado y proyectarse al futuro, un afán de abarcar el Todo en lo momentáneo del presente, en la fuga de su inmediatez.

La identidad se nos escapa como se escapa el agua de un río al tratar de abarcar su caudal con nuestras manos, por más que intentemos aprehenderla siempre se nos fugará. Insertos en la corriente del río, la imposibilidad de aferrarnos a el se vuelve frustración y melancolía a causa de su evasión y cambio, rozamos las orillas del puro existir y adivinamos un estado de unidad, de final reunión con nuestro ser y con el del mundo. (Paz, 1956, p.70) Nuestro único consuelo parece ser la reconstrucción

INTERSECTIO (conversación Miguel Ángel Cuevas - Gabriel Berber, Mexicali 2014)



La presente es la transcripción de una conversación que realicé con el percusionista Miguel Ángel Cuevas, amigo y cómplice de diversos proyectos multidisciplinarios con carácter escénico y performático. En aquella ocasión nos enfocamos en hablar sobre nuestro proyecto Intersectio*, con la intención clara de esclarecer el rumbo del mismo. Fue al norte del país, en la frontera y frente a un paisaje desértico que recorrimos la vida de este proyecto, sus aciertos, sus fugas, sus elementos y sus colaboraciones; pero sobre todo coincidimos en las necesidades y los detonantes que propiciaron un trabajo creativo entendido desde la colaboración y ya no desde la individualidad. 


Shotgun, Live-cinema, 2012.


Miguel Ángel Cuevas: Creo que vale la pena empezar …

Gabriel Berber: ¿Por como se te ocurrió Intersectio?

M.A.C.: Si, por el principio.

G.B.: Eso tú me lo tienes que decir, yo no sé como fue el comienzo.

M.A.C.: Creo que nunca te platiqué como empezó Intersectio, ¿cierto?

G.B: Sólo recuerdo que fue una iniciativa paralela al proyecto de Jorge David de Ruido 13.

M.A.C.:  Pero creo que primero fue Intersectio

G.B.: Entonces, ¿de donde surge el nombre de Intersectio?

M.A.C.: Intersectio … [ silencio pensativo ]  ¿ya estas grabando?

G.B.: sí

M.A.C: … va pues …
Intersectio originalmente pretendió ser el nombre de un evento que sería ejecutado por un trío de percusiones en el cual yo trabajé. Al comienzo de mi carrera varios compañeros y yo desarrollamos inquietudes similares sobre el tema de la interdisciplina, de esa forma es como surge este trío cuyo nombre fue Hemeneus, nombre que obviamente viene de la palabra hermenéutica y de Hermes. Se escogió este nombre porque teníamos una necesidad de comunicar, de hablar distintos lenguajes, de hacer conexiones, crear caminos que se juntarán con otros caminos, haciendo cruces e intersecciones.

HMÄMHAI

HMÄMHAI

Gabriel Berber
2014



HMÄMHAI


En la comunidad Otomí-tepehua de la zona nororiental del estado de Hidalgo cada 3 de Mayo se celebra la ceremonia de la Santa Cruz o mejor conocida como la ceremonia del Cerro Brujo. Ésta a pesar de tener en sus elementos un claro sincretismo religioso acaecido de la colonialidad y evangelización posterior al siglo XVI, tiene mayormente propiedades estéticas y mitológicas precoloniales. Tal particularidad ha hecho que éste sea, para muchos, un ritual el cual estudiar y preservar.

A PRIORI

A PRIORI

Gabriel Berber



¿De donde venimos? ¿a donde vamos?
Este es el doble problema cuya resolución buscan
sin descanso los individuos y las sociedades,
descubierto un extremo se fija el otro,
el germen de ayer encierra las flores de mañana:

Ignacio Ramirez
Discurso por la independencia, 1861.


Decía el Viejo Antonio que la libertad tenía qué ver también
con el oído, la palabra y la mirada. Que la libertad era que no
tuviéramos miedo a la mirada y a la palabra del otro, del diferente.
Pero también que no tuviéramos miedo de ser mirados y escuchados
por los otros. Y luego agregó que el miedo se podía oler, y que abajo
y arriba ese miedo despedía un olor diferente. Dijo además que la
libertad no estaba en un lugar, sino que había que hacerla, construirla
en colectivo. Que, sobre todo, no se podía hacer sobre el miedo del
otro que, aunque diferente, es como nosotros.

SubComandante Insurgentes Marcos

El espacio "vacío" entre una acción y otra. Entre dos mitades
en el centro de una unidad en movimiento. Introducir una noción
de tiempo en un objeto que se desplaza genera un vacío
-[un espacio] específico dentro de la unidad del objeto.
Con el movimiento de una cosa algo se pierde. Ubicación
anterior y ubicación posterior, el espacio entre las dos.

Gabriel Orozco


Éxodo

Como hablar de Latinoamérica sin recurrir a un acto de desplazamiento, de traslación, es decir, de un ir de cierta zona a otra, un ir de tal lugar a otro lugar que es en esencia semejante, distinto, contrario o mas. Regresar y partir nuevamente, todo sin descanso y sin rumbo. El movimiento, el recorrido es inevitable, necesario y obligatorio sobre todo cuando uno quiere de alguna manera sensata y honesta hablar de algo tan extenso, tan abarcador, tan contradictorio, tan irreconocible y paradójico como lo es Latinoamérica.

Recorrer cada punto geográfico, cada horizonte cada sendero; recorrer un norte y un sur, partir del sur para ir hacia el norte o viceversa, ir del Atlántico al Pacífico, de arriba hacia abajo y todo lo contrario; recorrer ríos, lagos y mares; desiertos, trópicos, mesetas, páramos, selvas, cordilleras y mas, mucho mas. Partir no sólo de lo geográfico sino también de lo histórico y social teniendo siempre como brújula la memoria, una memoria a veces presente, a veces oculta, permanentemente dispersa, y muchas veces atrapada y saqueada. Una brújula que en principio se caracteriza por estar descompuesta, pues esta brújula apunta hacia el sur y no hacia el norte como todas. Una brújula que mas de una vez desorienta, confunde y pierde. En Latinoamérica se dice que quien pertenece a ella comúnmente se orienta mirando a la tierra y no a las estrellas como muchos otros. Se observa hacia abajo, se mira el terreno por el cual se pisa y por el cual se cree que de ahí venimos, pues de ella es el origen de un pueblo hecho de tierra y lodo. Esa tierra que es hembra y es madre, tierra de la cual venimos y en la cual iremos, permaneciendo siempre allí en el origen anclados y sujetos.

Desplazarse en tal terreno que es tiempo, espacio y memoria a la vez requiere de un reconocimiento de lo propio y colectivo es decir de lo común. Tal reconocimiento es sin embargo paradójicamente un reconocimiento que esta anclado en la carencia de un origen identificado como común, esta circunstancia llega a hacer de la acción de desplazamiento una acción dispersa, desorientada y en gran medida esquizofrénica. Para hablar de Latinoamérica habría que identificar de principio lo que es esta, lo que abarca y lo que aglomera. En su contrario tal vez

HÁBEAS CORPUS

Hábeas Corpus
Gabriel Berber
2014




El cuerpo-vacío se posa ante uno, este nos remite a lo ausente a su ausencia como cuerpo.

Presenciar la ausencia, posarse ante la futilidad, abstraerse en el momento de aparición.   

El cuerpo-vacío esta inmerso en personificación, en sujeto, 

El cuerpo-vacío esta sujeto en tanto memoria y en tanto estadio de lo natural. 

voluntad-tiempo.

El cuerpo-vacío continua su proceso de degradación, de fusión al cambio material.

El cuerpo-vacío en su curso de personificación y memoria da un paso hacia atrás, se congela momentáneamente al cumplir su función de referencia a lo vivo del cuerpo,

cuerpo-memoria

su continuidad en tanto recuerdo se debe al ser referencia e indicación, 

el cuerpo-vacío regresa, se ancla y sujeta a otros cuerpos, cuerpos presentes y cuerpos ausentes.

Es en este ir hacia atrás  en que el cuerpo-vacío sufre aberración en su imagen en tanto imagen, 
nunca es una, ni es estática.  Es imagen referencial a lo orgánico, es potencia; por lo tanto es múltiple y dinámica.

El cuerpo-vacío en tanto imagen y la imagen del cuerpo-vacío,  se asocian en la materialidad de los signos.

Es en la transfiguración de la (re)corporización que la imagen vuelve al presente. 

El estadio del ir hacia atrás es el momento donde el cuerpo deja su estatuto de vacuidad. Este momento hace de la imagen una retención momentánea de su multiplicación espacio-temporal y se concentra en la puntas de un presente, esto al estar la transfiguración vigente. Por lo tanto la transfiguración es momentánea y cumple un destino de cualidad.

Una vez consumada la transfiguración la retención de la imagen se termina y esta se libera en un vuelco a su estadio dinámico, el cuerpo-vacío retoma nuevamente su estatuto del ir hacia atrás.


El cuerpo-vació es ante todo su propia imagen.

Gabriel Berber

Los murmullos de la duermevela




Mira allá el arroyo se hace un remolino
y en su centro la luna titila su danza deforme.
Un remolino … o un caracol.”



Todo estaba en suspenso, en completa calma, en silencio total, sin moverse, sin existir nada, ni el tiempo, ni el espacio.* Así parecía transcurrir la vida en aquel pequeño pueblo de Rio Grande, los apacibles minutos dejaban notar entre si pequeños letargos que alteraban de forma inusual mi acercamiento con esa realidad que por mucho me era desconocida. Mis pasos torpes y mojados, el sudor tórrido que me daba de palmadas en cada tropiezo al subir la montaña, la poca habilidad de respirar un aire fresco y húmedo poco frecuente, el temprano ardor epidérmico de una resolana que sin intención de agredir a un cuerpo foráneo se me presentaba como regalo noble al dejar ver en su camino un horizonte suntuoso de verde-azules que pocas veces mis ojos han podido acariciar; eran circunstancias que mas que constatar mi presencia en un lugar dilatado daba cuenta de mi condición lerda y citadina frente a una realidad que se presenta imponente y resistente.

Pero, ¿Como puede haber una completa calma, un silencio total, una fijeza y sobre todo una inexistencia ante tal figura orgánica y social? El río suena y escucha, aunque contaminado su caudal esculpe aun en verano las rocas que trazan su camino al sur. Escalinata resbaladiza que lleva al monte allá donde la milpa se trabaja en colectivo, donde el pozol de medio día se bebe mientras se discute y descansa un momento para después retomar el trabajo. Ya en la tierra, marea de insectos escalan mis manos al cortar la hierba, un dedo sangrando por el mal uso de un machete desafilado riega una pequeña mazorca que juega con los designios de la gravedad. Allá no muy lejos aves mecánicas se asoman con afán de intimidación. Revoloteo fugaz que no aturde la firmeza del labor de los compas que en sus rostros serios y cobrizos escapan risas contagiosas que no alcanzo a descifrar del todo bien. Tiempo después, el viento como navaja fina penetra las hojas de los arboles que parecen inclinarse por un dolor inocente, una gran nube obscura anuncia su llegada, es hora de partir, por hoy el trabajo en la milpa ha concluido.

Poco a poco las brasas anuncian en voz tenue la hora de la comida, pronto el café se sirve en la obscuridad de un atardecer prematuro, un plato caliente de frijoles y un par de tostadas alimentan alegremente mi estómago hambriento, poco después, al terminar, se retoma el estudio. Parte importante del conocimiento zapatista es comprender que este acontece en la practica, una practica que se efectúa no en espacios cerrados o exclusivos para la enseñanza como comúnmente se concibe, sino es en el territorio del trabajo y de lo familiar que el aprendizaje se presenta como una afirmación de lo vivido y de lo hecho. También cabe mencionar que esta practica afirma y da sentido a la palabra misma, pues esta sólo se activa en el momento en que se lleva a cabo, es decir cuando se ejerce. Es así como en el ejercicio del hacer se configura la palabra, que no exenta de errores, esculpe una experiencia que se comparte y debate, pues sobre todo la palabra también se piensa en colectivo y para el colectivo. Al nombrar la palabra esta se discute y se practica para saber si ha sido la adecuada y correcta, sino es así esta se discute nuevamente y poco a poco en un lenguaje que es voz y cuerpo se teje la vida digna de un pueblo que piensa y hace lo común. Ya una vez acordada la palabra esta se canta y baila.

La lluvia no cesa su caída, inquieta y desordenada se impacta contra la lamina que cubre el techo en donde me encuentro, parece que un antiguo enfrentamiento de elementos reclamara su estancia primigenia, su terruño materno llamado tierra, el sonido causado de tal confrontación ancestral grita a voz extendida un reclamo que hace de mi presente un instante letárgico, contradicción gramatical que sólo en las mariposas se puede ejemplificar, pues la mariposa después de su gestación sólo es posible verla justo en el momento en que bate las alas, gracias a todo lo que ofrece en cuanto a bellezas, formas y colores: así pues, ya no la vemos más que en su agitación. Luego alza el vuelo de manera definitiva, es decir: se va.(1) Pero la imagen se me esta negada, la lámina impide el paso, la confrontación queda fuera de, y sólo se me permite acceder a su reclamo, a su grito, al múltiple aleteo de aquella mariposa que alza el vuelo, es ahí cuando mi pupila se contrae y la audición se dilata, la noche cae y un pequeño halo de luz artificial cobija mi sueño, allá afuera la lucha de los ancestros no cesa, oigo sus voces pero no las comprendo. Un caracol sobre mi ventana aguarda el mañana, duermo y trato de buscar el entendimiento.



Gabriel Berber


* Popol Vuh
1. Didi-Huberman, Georges, Arde la imagen, Serieve, México, 2012, p.14




A MI FAMILIA (un día cero a las cero horas de mañana)

A MI FAMILIA 
(un día cero a las cero horas de mañana)



"Somos nosotros los ustedes renombrados, 
los de siempre nosotros."  
EZLN


En esta ocasión y para siempre quisiera pensar no en los presentes sino en los ausentes, y con decir ausentes no me refiero exclusivamente a los que han partido de este mundo, a los que han dejado el sueño que es la vida para despertar ante la verdadera vida que es la muerte. Mi mención pretende pensar no sólo en los que se fueron sino también pensar en los que vienen, pero mas aún quiero pensar en aquellos que están, todos aquellos que están en otras partes, allá lejos, allá cerca y allá no tan lejos. 

Y se que algunos de ustedes se preguntaran ¿por que pensar y hacer mención de unos otros ausentes en un momento tan privado, tan personal, tan intimo, tan familiar como este? o ¿por que hablar de los ausentes y no hablar de los presentes? "que mala educación" algunos dirán, pero les puedo decir que mi mención no es en ningún sentido una omisión o una exclusión, ni mucho menos una grosería de mi parte, al contrario lo que pretendo es un acto de incorporación, de inclusión y sobre todo de cambio de pensamiento. 

Estamos presenciando tiempos difíciles y llenos de abuso, para algunos estos elementos que constituyen la realidad, nuestra realidad, son circunstancias monumentales que carecen de posibilidad alguna de ser cambiados y eliminados, para ellos un "así es la vida" es suficiente para aceptar las desigualdades e injusticias en las que estamos inmersos. Hay otros algunos que ven en esos elementos de desigualdad y malicia los límites de la vida digna, los sobresaltos de la irracionalidad de la cual la violencia se caracteriza y por ende algunos se han resignado de igual manera a la fatalidad de un mañana cada vez peor en el cual sólo un milagrito los podrá sacar del apuro. Pero también hay otros tantos que al ver derrumbarse este mundo, nuestro mundo, ven la necesidad de un cambio, un cambio que piense en primer instancia la esencia de lo natural, pensar en el émbolo primordial que es la vida, la vida presentada en todas sus manifestaciones plurales, fundamentales y básicas. Son esos otros los que han dejado de pensar en uno para pensar en muchos, pues al dejar de pensar en singular y empezar a pensar en plural están pensando en ustedes es decir en nosotros. Y pensar en nosotros debe ser ante todo un pensar por y para los otros, pues entender que las acciones de nosotros se afincan en las afecciones y acciones de los otros es sabernos y comprendernos como una comunidad orgánica cuya afinidad constituye a la vez una relación familiar que pasa de lo privado a lo comunitario y de ahí a lo humano. Esta acción de pensamiento y sentimiento ya es en principio una acción de cambio.

Pero, ¿como pensar que esos otros que están ausentes, que están allá lejos o allá cerca puedan ser hermanos o familiares si ni siquiera los he visto, si carezco de conocimiento alguno de sus personas, si muchos de ellos piensan tan distinto a mi, si ni siquiera hablamos la misma lengua y mucho menos somos del mismo credo o afinidad política e ideológica? o mas aún ¿como pensar una hermandad con esos otros que me han dañado y traicionado, que me han engañado y quitado, como pueden llegar a ser esos otros desconocidos mi familia? Pues yo les diré lo siguiente: ¿Que acaso no los presentes no se conocen lo suficiente y en su totalidad uno con respecto a otro a pesar de ser padres e hijos, hermanos y primos, esposos y abuelos? ¿Que acaso no los presentes difieren de algún modo de pensamiento político, moral y religioso? ¿Que acaso nosotros los presentes no nos hemos traicionado, mentido, lastimado y ofendido mas de una vez en algún momento? ¿Pero es acaso que a pesar de todos esos extrañamientos, errores, desilusiones y diferencias hemos dejado de ser familia, hemos acaso dejado de amarnos? ¿Que relación diferencia a esos otros de nosotrosNADA.

Es por ello que en mi intento de hacer un primer cambio de pensamiento ante el derrumbamiento de nuestro mundo, intento que no por ser simple deja de ser complicado, decido dejar de pensar en primera persona para dar paso a un pensar en ustedes que es un nosotros, ustedes ausentes, ustedes presentes, todos para siempre. Pues ustedes presentes son mi familia como también son los otros ausentes, pues allá lejos tengo hermanos y hermanas, allá cerca también tengo hermanas y hermanos, allá lejos y no tan lejos en el tiempo pasado tengo abuelas y abuelos, y en el acá muy cerca mañana tengo hijos y nietos. La familia es presente, pasado y futuro, la familia son ellos, ellas, ustedes y nosotros. Por ello decido tomar esta responsabilidad y este compromiso. Es tiempo de pensar en ellos, por ellos y para ellos. Enterremos la individualidad que sólo peca de vanidad e ignorancia, emprendamos el camino de los muchos que es el camino del aprendizaje y la memoria. Abramos camino, labremos nuestro sendero, caminemos juntos y adelante.


Gabriel Berber
Desde el sur del sur!
31 de enero, 2013    







   

EN CONTRA DEL ARTE DEL PERFORMANCE EN DEFENSA DE LA ACCIÓN (ensayo 1)



EN CONTRA DEL ARTE DEL PERFORMANCE
EN DEFENSA DE LA ACCIÓN
(ensayo 1)

Gabriel Berber





Intento

El presente texto lo planteo desde un rincón alejado, pero no ajeno. Un rincón que trata de alejarse lo mas que puede de la disciplina. ¿De cual disciplina? Yo diría que de todas las disciplinas que caben en un espacio tan pequeño y de cuatro paredes como en el que nos encontramos en este momento. Tal posicionamiento no plantea una perspectiva estática y sedentaria, el posicionamiento que pretendo se niega a la expectativa, se niega a una posición de espectador inerte e in-accionado. Esta perspectiva se plantea desde una localización reflexiva y móvil, es un ejercicio de observación y análisis que busca una actualización desde la acción, una acción marginal, es decir una acción desde los márgenes del espacio.

Debajo del título y sin ninguna intención de tener carácter de subtítulo se da cuenta de la condición esencial del presente texto, condición la cual reitera el posicionamiento marginal de la perspectiva desde donde se propone. El ensayo supone algo inconcluso e inacabado, el ensayo conlleva la ausencia de la última palabra, de un final. Decir que uno escribe un ensayo es ya decir que uno va a volver a intentarlo, a ensayarlo de nuevo. (Didi-Huberman, 2010) El ensayar lleva consigo una potencia de querer ser algo, ese querer ser algo tiende asemejarse a una parábola de Zenón en donde Aquiles nunca logra atrapar a la liebre, este querer ser algo es en consecuencia móvil, se actualiza cada vez que el propio ensayo esta por cruzar las fronteras de su reflexividad y de sus dudas.

Este proceso de ensayo en su búsqueda de querer ser algo recoge en su andar un cúmulo de actos consecutivos y transversales que en su totalidad conforman un cuerpo en movimiento, es decir un cuerpo-acción. El ensayo desde su cuerpo-acción tiene como característica el mirarse así mismo desde su opuesto, ya que su acción es por lo general introspectiva, el ensayo como cuerpo-acción es una suerte de espejo que miramos y nos mira al mismo tiempo.

Como sabemos una de las metodologías mas comunes en las artes escénicas es el de repetir e intentar consecutivamente los pasos o actos necesarios para la conformación de una obra artística la cual será presentada en un tiempo y espacio determinado para tal expresión. A este acto consecutivo del intento se le conoce también como ensayo, y es una actividad que se realiza habitualmente frente a un espejo. En esta metodología el cuerpo se enfrenta cara a cara y cuerpo a cuerpo con su doble, esto facilita al proceso de educarse, de informarse y, en la mayoría de los casos, disciplinarse desde mirar a su otro yo, desde su desdoblamiento hecho imagen, hecho aparición. La flexibilidad estratégica del ensayar frente a un espejo, es decir frente a su doble, tiene consigo ciertos rasgos siniestros, ya que esta actividad vislumbra inconscientemente los impulsos de control y disciplinariedad de los cuales el cuerpo esta sujeto, esto a partir del reconocimiento de un cuerpo que necesita cumplir normas y habilidades para su adiestramiento y exhibición. Es en este escenario espacial que las primeras preguntas que surgen son las de saber ¿cual es el tipo de relación que se efectúa y presenta este acto de desdoblamiento? Y ¿que acontece entre el cuerpo y su imagen contenida dentro del espejo? Pero mas aún, en ese acto de ensayar y en esa polaridad de espacio real y virtual que nos presenta al cuerpo frente su imagen ¿donde pueden encontrarse las fronteras entre un cuerpo y otro?

Puesto que el ensayo supone un querer ser algo y en ese querer ser algo el mismo se actualiza, se modifica; ese ambiguo en-medio tendrá que ser por consecuencia móvil y cambiante, estamos entonces ante un cúmulo de elementos matéricos y virtuales en constante actualización, en continuo cambio y en constante acción.



En contra del arte del performance o el performance como arte

El performance como disciplina artística surge como una quimera excretada de las formalidades sintácticas del arte moderno, rebelde a las temporalidades matéricas que el objeto artístico suponía, el performance se instaura como una realización artística en tiempo real. La presencia y temporalidad de su hacer es fundamental para su categorización, pues en el hacer y en presenciar ese hacer desde lo efímero y desde lo somático instaura una relación reflexiva entre el cuerpo como materia y el tiempo como espacio.

El performance a pesar de ser una actividad de carácter efímero lleva consigo su antítesis temporal al depender en gran medida de su registro documental. Si bien es cierto gran parte de los performance realizados a mediados de, siglo pasado carecen de un registro tangible en la contemporaneidad, esta disciplina a tratado de resistirse al olvido a través del registro documental y de la distribución del mismo, pensar al performance fuera de la materialidad de su registro es inviable pero para muchos contradictorio.

La categoría del performance como arte no surge, al menos en Latinoamérica, como una disciplina aunada a las artes sino por el contrario brota como una alternativa politizada a los contextos políticos y sociales que acontecían en el continente. La incidencia de los procesos políticos y sociales en los artistas y no-artistas latinoamericanos de mediados del siglo XX encuentran en la acción politizada una necesidad expresiva y reflexiva que miraba mas al ámbito social que a las formalidades del arte. Este viraje propició en aquellos momentos un análisis y reflexión entorno al papel del arte frente a la sociedad.

Esta reflexión llevo a los artistas a realizar una serie de acciones con una consciencia política que mantenía una estrecha relación analítica de lo que implicaron las relaciones estéticas y semióticas que los medios de comunicación implementaban al ejercer su poder en la construcción de subjetividades y cadenas de control. La relación estética y semiótica tiene un carácter primordial puesto que los medios de comunicación, los massmedia, fungirán como instrumentos de control para valorizar las relaciones estéticas de la sociedad, tal acto de adoctrinamiento estético será una realidad que los artistas de mediados de siglo XX vislumbraran indudablemente. Las propuestas de acción por estos artistas lindaran en dos condiciones o puentes de distribución, por un lado sus acciones las llevaran acabo desde la inserción y transgresión de los massmedia y otros los harán desde la periferia es decir al margen de ellos. Estaremos a la vez ante un proceso de visualización y de ocultación ya que la importancia de la acción desde sus reflexiones y problematizaciones semióticas y políticas sobrepasaron cualquier intento de categorizaron, la búsqueda de una incidencia táctica y directa en lo social se efectuaba en un cruce continuo del espacio artístico y del espacio público. Tal proyecto vislumbraba potencialidades creativas que formaban un cuerpo mayor un cuerpo social en acción que posteriormente será desmembrado por las dinámicas del mercado de arte posterior a los años ochenta, ya que lamentablemente el triunfo acelerado de los medios y la institucionalización del performance como disciplina artística transcultural fue fundamental para la inserción de algunos artistas en el ámbito de la exhibición y demanda que de facto despolitizaba toda acción que se sujeta y atiene a los parámetros que el paradigma del arte le reclama.

Es ya desde esos espacios de institucionalización donde las dinámicas del performance se instauraran en primera como una actividad disciplinaria es decir como una disciplina especifica y con lenguaje propio, y en segundo el espacio institución será el espacio de presentación y representación de la acción performática. Colocado así en estos circuitos y dinámicas el performance se posará en un diálogo constante con el espacio institución el cual lo cobijará junto con su otro elemento inseparable el registro documental como materia de exhibición y comercio.



El cuerpo

Sin duda uno de los elementos principies si no es que el primordial y esencial del performance es el cuerpo. Como apunta el artista performer Guillermo Gómez-Peña:

Tradicionalmente, el cuerpo humano, nuestro cuerpo, y no el escenario, es nuestro verdadero sitio para la creación y nuestra verdadera materia prima [...] es la vasija para nuestras identidades en perpetua transformación; (Gómez-Peña, 2005)

El cuerpo entendido como un cúmulo de órganos que funcionan en correlación con otros órganos para conformar en su funcionamiento y vitalidad un cuerpo singular que a la vez mantiene relaciones con otros cuerpos, relaciones las cuales desde la inmaterialidad conformar meta cuerpos, estos meta-cuerpos son el en medio del cuerpo y el espejo, un conjunto de relaciones semióticas, estéticas y éticas. Como también señala Gómez-Peña claramente la presentación de un cuerpo ante otros cuerpos dentro del performance conlleva a la presentación de las cicatrices del mismo cuerpo, cicatrices tanto matéricas como semióticas,

Nuestro cuerpo también es el centro absoluto de nuestro universo simbólico [...] Nuestras cicatrices son palabras involuntarias en el libro abierto de nuestro cuerpo, en tanto que nuestros tatuajes, perforaciones (piercings), pintura corporal, adornos, prótesis, y/o accesorios robóticos, son frases deliberadas.(Gómez-Peña, 2005)

Es así como el cuerpo no termina en los límites de la piel sino que se extiende en sus exhalaciones, en su sonoridad, en sus balbuceos hasta llegar a la palabra misma hecha enunciado, el cuerpo presente y en acción se posa en el momento de enunciación.

Este cuerpo como materia carece de autonomía en su totalidad , pues los estigmas y cicatrices que la piel encarna son tatuajes cognoscitivos que se presentan ante los demás, es algo que no nos pertenece pero no nos es ajeno pues nacemos con ello, el cuerpo que se posee es un cuerpo habitado por los lastres de lo colonial, el cuerpo es un territorio ocupado en donde

Quizá la meta última del performance (de la acción), [...] es el de descolonizar nuestros cuerpos.(Gómez-Peña, 2005)

Finalidad que lleva consigo la gran tarea de desarmar en primera instancia los mecanismos cognoscitivos de colonización para instaurar nuevas categorías desde el territorio de la decolonialidad, tal tarea implica la misma desarticulación categorial del arte que impera en el mundo moderno. Para ello la desarticulación es desde la acción misma, acción entendida como un que-hacer continuo y entrañado, una acción hecha cuerpo replegado, un cuerpo-acción conformado por órganos en relación y funcionamiento con lo común, con lo propio en cuanto órganos y cuerpos a la vez, con lo vital con lo primario. Es el momento de la instauración del mithos. El mito entendido como la palabra, voz e imagen ligadas a una disposición del ser. (Subirats, 2012) Tal instauración será en un momento y espacio ritual.



La acción como ritual. (espacio para la utopía)

Desarticulados una vez las categorías del arte y posados en una suerte de espacio desarticulado y en constante movimiento, es clara la ineficiencia del performance (igual que otras actividades) como disciplina de algo que alguna vez se llamo arte. Desde este panorama de desbordamiento lo único constante es la acción, una acción en proceso de construcción y destrucción. Ante tal flujo es necesario instaurar sentido al proceso mismo de la acción dentro de su continum, tal sentido corresponderá a la instauración del mithos. Tal labor a través de un desprendimiento temporal alterno al tiempo continuo, tal desprendimiento lo conocemos normalmente como el momento ritual.

La acción dentro de un momento ritual debe responder a las características del tiempo el cual fue desprendido, pues este momento difiere de lo que comúnmente conocemos como ritual y difiere puesto que este momento se presenta en un espacio el cual desconocemos hasta el momento. Pues si bien nos encontramos en un tiempo el cual encuentra su identidad anclada en la ontología del colonizado y por ende de la primacía del logos, la acción como momento ritual debe pasar del reclamo a la transformación, la presentación del cuerpo tendrá desde la perspectiva del espacio desarticulado la presencia de otros cuerpos accionados que presentan a su vez un cuerpo en transformación, en este sentido el carácter de espectador no tiene cabida en esta dinámica de gestación.

La acción dentro de un momento ritual por consecuencia será colectiva y relacional, relacional en el sentido de identificación comunitaria, emocional, ecológica y solidaria con otros cuerpos y órganos. La acción dentro de un momento ritual será ante todo un acto de resistencia a la universalidad.





(Fin del primer ensayo.)








Bibliografía consultada.

Didi-Huberman Georges, La exposición como máquina de guerra, en Revista Minerva 16.11, 2010.

Fusco Coco, El performance latino: la reconquista del espacio civil, Horizontes del arte Latinoamericano, Ed. Tecnos, p. 93-106.

Gómez-Peña Guillermo, En defensa del arte del performance, Horizontes Antropológicos, Porto Alegre, ano 11, n. 24, p. 199-226, jul./dez. 2005

Subirats Eduardo, Mito, Magia y Mimesis, Antipod. Rev. Antropol. Arqueol. No. 15, Bogotá, julio-diciembre 2012.

Te doy un regalo.

Hoy te doy un regalo.

Este regalo es anónimo y carece de remitente.
Este regalo es de aquellos que se comparten pero no pueden desecharse.
Te regalo unos meses, unas horas, unos minutos, muchos segundos y un poco mas.
Te regalo un tanto de letras con signos de interrogación y exclamación,
muchas comas, y unos que otros puntos suspensivos. Pero
este regalo no trae consigo un punto final.
Te regalo distancias largas,
largas a lo alto y a lo bajo.
Muchas caminatas, una que otra escalada y sobre todo
te regalo muchos descansos.
Te regalo asfalto, pasto y lodo. Moldea la arcilla.
Te regalo puertas, muchas puertas para cruzar.
Te regalo cielos, cielos para mirar y contemplar,
contar sus luces, buscar formas y cegarse un poco cada vez que el sol se pose en tus ojos.
Te regalo amigos, conocidos y extraños, nunca enemigos.
Te regalo fiestas, alcoholes y hierbas para el son.
Te regalo frutas exóticas, nombres raros y bebidas familiares.
Te regalo sonidos inusuales y ajenos,
Te regalo canciones, rumbas, sones, porros, palenqueras, cumbias, tamboras, gaitas, sonajas, cencerros y mas.
Te regalo epígrafes  y muros de lamentaciones.
Te regalo ilusiones y desilusiones, sueños y realidades, pasados y futuros, rojos y negros... todos    resisten.
Te regalo una pluma negra y una libreta en blanco.
Te regalo un mapa que borra sus caminos. Habrá que trazarlos de nuevo.
Te regalo ...
Te ...
...

¿Te doy un consejo?
Nunca nombres este regalo, no le busques nombre ni calificativos.
Si alguna ves te preguntan di que nunca lo abriste, que prefieres el suspenso de saber lo que es.
Tampoco busques nombre a su remitente, este prefiere el anonimato, tal vez sea la mejor forma de recordarlo.
Si lo imaginas puede que su rostro no sea aquel,
quédate con el eco escondido en la costilla izquierda de tu pecho.
Mi regalo no es por tu despedida, sino por tu
bienvenida.

La muerte
abre el camino ...
prende la vela
una vez mas.

Bogotá, 2013 

Yaje




La cena con causa





Sin carnaval no hay lucha


Sin carnaval no hay lucha
Gabriel Berber


El sol empezaba a cubrir poco a poco las amplias áreas verdes que caracterizan a la Universidad Nacional de Colombia, el reflejo lumínico proyectado en los murales bajos y en las altas paredes blancas de sus edificios académicos proyectaban un contraste de sombras que cubrían, como si fuesen voces murmurando, el sonido del andar estudiantil de aquel miércoles. La cita era a las diez de la mañana en la plaza Che, lugar emblemático de reunión para los acontecimientos de la Nacho como mejor se le conoce a la universidad; la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) había convocado a un cese de actividades académicas en torno a las actividades del Paro Nacional Educativo y a las jornadas de movilización y ocupación pacífica del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX), institución colombiana encargada de otorgar créditos educativos que tras su mal administración e irregularidades financieras han hecho que hoy en día el panorama de muchos estudiantes y familiares sea el de un fuerte endeudamiento debido a los excesivos intereses que superan hasta del doble del crédito que solicitaron en principio para su educación. Tal endeudamiento estima una cantidad, según la MANE, de 11.6 billones de pesos colombianos, los cuales son hoy el punto de reclamo por el cual se marcha sin importar el clima lluvioso que presenta el horizonte nacional contemporáneo.

Como suele suceder en un día de paro de labores el ritmo de la universidad transcurre a paso lento y sereno, el canto de los pájaros se hace sonar a la par del eco de una reverberación enganchada a un viejo amplificador que busca ser modulado. Los pequeños comercios , fuentes de alimentación y cultura cinematográfica de gran parte de la población universitaria, no cesaron sus labores ni un momento, el estruendo de las licuadoras, los bips de los microondas, el pregón de los famosos "minutos", pero sobre todo el olor a leña quemada que expira uno de ellos, viajaba como la memoria familiar de los pueblos campesinos colombianos y sus típicos alimentos al vapor como el arroz, la papa y la yuca, pueblos que hoy mas que nunca luchan por su soberanía representada en las semillas engendradas de su tierra. Tal traslación espacial me hizo comprender que el suelo que pisan mis botas, es un suelo urbano anclado en su campo olvidado.

De la misma forma en que la leña poco a poco empieza a avivar su rojiza incandescencia, del mismo modo la música de los amplificadores, ya pobremente modulados, empezaron a retumbar. Endebles artefactos utilizados para reunir y convocar al estudiantado presente e informar la situación por la cual se presentaban ese día a movilizarse, los amplificadores, aquellos "parlantes" de gran magnitud tenia en su función una tarea igual de importante, y era la de vivificar la candela del ritmo y entusiasmo de la marcha a efectuarse, marcha que hace del espacio un espacio de comunidad, un espacio que aparece con voz de reclamo.

Simultáneamente a la voz de Richie Ray, Hector Lavoe y Cesar Mora los cuerpos se empezaron a reunir y a desnudar, acto que mas allá de ser metafórico o simbólico fue real y literal, pues para ese día la movilización convocaba a un encuentro de cuerpos desnudos y despojados, despojados por la desvalorización de la educación pública y gratuita por parte del Estado y sus amplias proyecciones privatización. La visibilidad que se pretendió a través del despojo de la vestimenta y la exposición de la piel desnuda ante el clima lluvioso de aquella mañana y tarde contrasto en definitiva con el carácter carnavalesco que revistió a la comunidad andante. Tambores, gaitas, trompetas, antifaces, pintura, banderillas, mascaras, capuchas, cantos, gritos, sonrisas, juegos, saltos y mucha unión son los elementos que conformaban el andar lúdico por las calles rumbo al centro de la ciudad. Sin duda alguna el carácter de dislocación que tiene el carnaval, se asemeja al carácter del espacio público como espacio de aparición, el lapsus de dislocación temporal da paso a un acto de transgresión de la normatividad que el espacio privado supone, generando en consecuencia una confrontación desde la acción y la voz hecha música, música hecha representación y memoria.

Hoy por hoy la aparición de esos espacios de reclamo y lucha se tiñen de una amplia gama de representación estética, donde la manifestación cultural popular se implementa como mecanismos a retomar como estrategias de exaltación de aquel sentimiento de lo justo y de lo propio, sentimiento que aparece excitado en ese momento de dislocación, en ese espacio de lo publico y del reclamo. Es el sentimiento hecho voz y baile.


Bogotá, Noviembre 2013.


 
* Todas las fotografías fueron tomadas por Gabriel Berber el 16 de Octubre de 2013 en Bogotá, Colombia y pueden ser utilizadas y manipuladas libremente siempre y cuando se respete y señale la fuente y autoría original de las mismas.