HÁBEAS CORPUS

Hábeas Corpus
Gabriel Berber
2014




El cuerpo-vacío se posa ante uno, este nos remite a lo ausente a su ausencia como cuerpo.

Presenciar la ausencia, posarse ante la futilidad, abstraerse en el momento de aparición.   

El cuerpo-vacío esta inmerso en personificación, en sujeto, 

El cuerpo-vacío esta sujeto en tanto memoria y en tanto estadio de lo natural. 

voluntad-tiempo.

El cuerpo-vacío continua su proceso de degradación, de fusión al cambio material.

El cuerpo-vacío en su curso de personificación y memoria da un paso hacia atrás, se congela momentáneamente al cumplir su función de referencia a lo vivo del cuerpo,

cuerpo-memoria

su continuidad en tanto recuerdo se debe al ser referencia e indicación, 

el cuerpo-vacío regresa, se ancla y sujeta a otros cuerpos, cuerpos presentes y cuerpos ausentes.

Es en este ir hacia atrás  en que el cuerpo-vacío sufre aberración en su imagen en tanto imagen, 
nunca es una, ni es estática.  Es imagen referencial a lo orgánico, es potencia; por lo tanto es múltiple y dinámica.

El cuerpo-vacío en tanto imagen y la imagen del cuerpo-vacío,  se asocian en la materialidad de los signos.

Es en la transfiguración de la (re)corporización que la imagen vuelve al presente. 

El estadio del ir hacia atrás es el momento donde el cuerpo deja su estatuto de vacuidad. Este momento hace de la imagen una retención momentánea de su multiplicación espacio-temporal y se concentra en la puntas de un presente, esto al estar la transfiguración vigente. Por lo tanto la transfiguración es momentánea y cumple un destino de cualidad.

Una vez consumada la transfiguración la retención de la imagen se termina y esta se libera en un vuelco a su estadio dinámico, el cuerpo-vacío retoma nuevamente su estatuto del ir hacia atrás.


El cuerpo-vació es ante todo su propia imagen.

Gabriel Berber

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