En
su intervención Cuerpos en alianza y
la política de la calle* Judith
Butler señala, apropósito de los movimientos y manifestaciones
multitudinarias ocurridas los últimos años en Occidente y medio
Oriente, lo siguiente:
En
las manifestaciones […] se congregan cuerpos, que se mueven y
hablan juntos y reivindican un determinado espacio como espacio
público.(1)
Hablar
de cuerpos que reivindican un espacio a través de su acción, de su
movimiento y de su aglomeración es hablar de un tipo de cuerpos
específicos, es hablar de cuerpos humanos y hablar de un cúmulo de
cuerpos en movimiento, cuerpos humanos y por lo tanto orgánicos, que
en su acción se relacionan con otros cuerpos, es hablar de la
conformación de un cuerpo mayor, es hablar de un cuerpo llamado
social. Este cuerpo social es inmanente al cuerpo humano singular y
ambos se conforman y estructuran paralelamente, ambos son
dependientes uno de otro para su existencia y actividad en el mundo.
De igual manera este mundo es conformado como tal a partir de la
presencia activa de estos cuerpos, presencia activa que es acción y
que depende también del mundo para hacerse presente y atestiguarse
como tal, ya Hannah Arendt señaló que:
…
ninguna clase de
vida humana resulta posible sin un mundo que directa o indirectamente
testifica la presencia humana. (2)
Es
en tal sentido que el mundo
se concibe en tanto existe el hombre y esto quiere decir que el
hombre se reconoce como tal y a la vez se hace ver ante los otros
como hombre, y es este hombre que está en el mundo sólo en relación
con otros hombres constatando su presencia e inmanencia. Esta
aseveración es fundamental en la conformación que tiene la
elevación del concepto de hombre en su carácter
de sujeto, sujeto en relación a otros sujetos los cuales en su
conjunto componen una comunidad. Esta comunidad se soporta en un
mundo espacial y temporal, es en ese mundo que toda una serie de
actividades humanas llegan a ser condicionadas por el hecho de que
los hombres viven juntos y por lo tanto se relacionan(3).
Esta vivencia en el mundo sólo se puede pensar en la acción. El
mundo que soporta esta acción no se encuentra dado o está ahí para
ser habitado, sino que este se compone y construye por la acción de
las relaciones humanas, es por lo tanto un espacio generado y
compuesto de acciones y relaciones entre hombres. Por lo tanto el
mundo como espacio se conforma de cúmulo de acciones y a la vez este
las sustenta y las soporta. Por lo tanto la carencia de acciones
supondría a la vez una carencia de mundo y sin mundo el hombre como
humano se desplaza de sujeto a objeto y por lo tanto se vuelve pura
inmediatez.
"Sólo
la acción es prerrogativa exclusiva del hombre; ni una bestia ni un
Dios son capaces de ella, y sólo ésta depende por entero de la
constante presencia de los demás."(4)
Es
de tal forma que podemos señalar tres elementos fundamentales que se
ponen en juego ante el concepto de hombre, dicho concepto que no
precisamente presupondrá una igualdad. El primero se compone de la
idea de mundo en tanto espacio de acción, la segunda es la idea de
la acción como conformación de mundo, y la tercera es la idea de
conformación de comunidad en tanto cúmulo de relaciones y acciones
entre cuerpos que se autoreconocen.
Para
hablar del mundo en tanto espacio de acción habría que distinguir
primero el desdoblamiento que se hace en occidente de este espacio al
bifurcarlo en dos conceptos cuya conformación y dinámica
determinaran la dinámica de la misma acción. Esta bifurcación se
comprende en términos de espacio público y espacio privado.
Como
señala Arendt la concepción y separación de estos dos espacios no
son de igual manera en la Edad Moderna como lo fue en la época
Clásica, si bien para los griegos el espacio público competía mas
a una esfera aristocrática en donde se llevaba acabo el momento
político y social, el espacio privado se conformaba en el ámbito
del hogar y de lo doméstico donde su esencia radicaba principalmente
en las problemáticas de necesidad, sobrevivencia y parentesco. Según
el pensamiento griego la capacidad del hombre para la organización
política se halla en directa oposición a la asociación natural
cuyo centro es el hogar y la familia. El nacimiento de la
ciudad-estado significó que el hombre recibía ademas de su vida
privada, una especie de segunda vida, su bios
politikos.
(5)
Es en la esfera de lo político que los asuntos de los humanos
surgían de sólo dos tipos de actividades según Aristóteles: la
acción (praxis)
y el discurso (lexis).(6)
Entonces se puede entender que la división entre esfera privada y
pública en el antiguo pensamiento clásico es una división entre la
esferas de lo familiar y la polis, y finalmente entre actividades
relacionadas con un mundo común y las relativas a la conservación
de la vida. (7)
Es en la Edad Moderna que esta división se entrecruza para hacerse
menos diferenciadas. La política no es más que una función de la
sociedad, que acción, discurso y pensamiento son fundamentalmente
superestructuras que competen al interés social. Esta
funcionalización hace imposible captar cualquier seria diferencia
entre las dos esferas. En el Mundo Moderno, las dos esferas fluyen de
manera constante unas sobre otra. (8)
La
acción como conformación de mundo nos lleva a una problemática que
compete a la performatividad
de
la acción por
lo tanto a lo temporal de lo humano en tanto ser social y por otro
lado al entrecruzamiento de lo político y privado, de lo
perteneciente a lo común y a la necesidad y conservación. En la
acción se reclama la presencia y derecho de ambos espacios. Como
señale anteriormente la acción sólo es acción en tanto es una
relación con otros es decir es una actividad en comunidad, en
multitud y está acción se presenta en dos estadios, por un lado se
presenta como alianza y por otro se presenta como confrontación y
lucha.
Según
Judith Butler
"…
los cuerpos en su pluralidad reclaman lo público, encuentran y
producen lo público reconfigurando y haciéndose con la sustancia de
los entornos materiales; al mismo tiempo, estos entornos materiales
son parte de la acción, parte activa en la medida en que se
convierten en soporte de la acción […] el entorno se reconfigura
activamente y se refuncionaliza…"
(9)
La
reconfiguración y refuncionalización del entorno material sólo se
puede pensar en tanto se presupone una constitución y separación de
lo privado y público en el espacio, dicha constitución y separación
que antecede a la acción, por lo tanto si en la acción se reclama
lo público como acción y discurso quiere decir que el espacio
público no estaba dado de anterioridad, no es un espacio a priori
si no que se reclama su presencia. Es de tal forma que en la acción
de reclamo, en la acción en pluralidad se busca el espacio público,
espacio que sostenga a la multitud misma en su acción y este espacio
se da , según Judith Butler, en la alianza, alianza de cuerpos que
conforman una multitud. Para Arendt este espacio es un espacio que
"aparece" en un en medio de la acción entre
sujetos, por lo tanto el espacio está entre y en la acción, y es en
la acción, en el en medio y en la alianza donde aparece el espacio
de lo político, espacio que también la política se genera según
Arendt. (10) Este espacio intermedio de
aparición que se efectúa entre la acción y el cuerpo también es
un espacio que se sostiene y apoya en el cuerpo mismo, como señala
Butler:
"Para
repensar el espacio de aparición con el fin de entender el poder y
el efecto de las manifestaciones públicas de nuestro tiempo,
necesitamos comprender las dimensiones corporales de la acción, lo
que el cuerpo requiere y lo que el cuerpo puede hacer, sobre todo
cuando tenemos que pensar en cuerpos congregados, en qué los
mantiene allí, en sus condiciones de persistencia y poder."
(11)
Comprender
las dimensiones corporales de acción es comprender las dimensiones
de necesidad dentro del espacio público, es decir, la condición de
lo privado se introduce de manera tangencial en el espacio de acción
introduciéndose en la base que sujeta y sostiene la acción por lo
público y sobre todo por la misma defensa de la acción. Por lo
tanto es en esa defensa y condición de necesidad de la acción en
donde la confrontación sobreviene de la alianza, la condición de
necesidad y el reclamo de lo común se enfrentan en defensa de su
prevalencia y de su ser común en tanto cuerpos por sobrevivir. La
acción de alianza que genera en su en medio un espacio
político, genera precisamente este espacio para tener lugar a la
confrontación en defensa de lo común, ya que reclamar lo común
implica estar sostenido sobre un espacio público dado, en este
espacio la acción que precede es la acción de necesidad es decir de
confrontación y supervivencia. Dicha confrontación y estadio de
necesidad nos devuelve, en el sentido
clásico del concepto a un momento prepolítico de la acción, en
donde tal estadio prepolítico justifica el carácter de violencia
como acción y medio para dominar la necesidad. Dicha acción sólo
puede y se da en el espacio de confrontación, entendamos ante todo a
la violencia como el estadio de gobierno y poder sobre otro, por lo
tanto la confrontación se da a través de la violencia en busca de
ejercer el poder sobre otro y esto se da no solamente en el nivel de
necesidad sino también en el reclamo de lo común ya que la
pluralidad de cuerpos se alían para confrontar a un cuerpo otro en
busca de un bien común que les compete, ese otro al cual se
enfrentan es aquel que impide precisamente esa acción como cuerpos y
como comunidad y por lo tanto la aparición del espacio público y
político, es ese poder que opera antes de cualquier poder
performativo ejercido por una pluralidad(12),
ya que la aparición de dicho espacio, la polis
clásica, significaría no estar sometido a la necesidad de la vida
ni bajo el mando de alguien y no mandar sobre nadie, es decir ni
gobernar ni ser gobernado.(13)
Pero
como cuerpos aparecer en lo público es hacerse ver como un cuerpo
fuera de lo privado, de lo intimo, es presentarse y aparecerse ante
los demás, es el reconocimiento que se lleva acabo de igual manera
en un espacio que nos sostiene,
"Para
que la política tenga lugar, el cuerpo debe aparecer. Aparezco ante
otros y otros aparecen ante mí, lo que significa que algún espacio
entre nosotros permite que aparezcamos." (14)
es
de igual forma según Butler que este espacio de aparición se da
"entre" cuerpos. Por lo tanto la acción sólo se da y
surge , como hemos dicho, entre cuerpos, cuerpos que prevalecen
juntos es decir en la multitud. Pero dicho espacio no siempre
aparece, ya que en la constitución de la pluralidad muchas veces
quedan fuera una parte de la población. Y esto es un problema
importante ya que como señala Butler :
"…
dentro del ámbito establecido por la polis, los que están fuera de
su definición de pluralidad son considerados irreales o
no-realizados, y, por lo tanto, fuera de la política como tal."
(15)
es
por tal motivo que la acción en el espacio de aparición lleva
consigo el carácter de reclamar ese mismo derecho de cuerpos, ese
reclamo también llega a hacer del espacio un espacio público en
donde se hace aparecer el cuerpo plural y político. Esta voz de
reclamo muchas veces es una voz que no nos pertenece, que no es
nuestra pero que si reclama lo común, tenemos que aparecer ante los
demás según modos que no podemos conocer, que debemos poner al
alcance de una perspectiva establecida por un cuerpo que no es
nuestro. (16) El cuerpo se expande en
relación con otros cuerpos plurales, tal relación y aparición es
susceptible de potencializar otras acciones de alianza y
confrontación. Esta voz de reclamo del derecho a tener derechos como
cuerpos es anterior y precede a cualquier institución política que
pueda garantizar ese derecho, este derecho nace cuando se ejerce, y
es ejercido por quienes actúan en concierto, en alianza(17)
según Butler, pero es en esta acción del cuerpo que antecede y
sobrepasa todo derecho legitimado, es decir su acción manifiesta en
su performatividad el derecho en sí y para sí.
El
reconocimiento y autoreconocimiento como cuerpos en relación se debe
hacer a partir de asumir la dimensión de lo social que nos es común,
este ir más allá de la individualidad para ir hacia y con relación
a los demás es la aparición del cuerpo en su existir político, los
cuerpos orgánicos que somos requieren el soporte de un mundo social
para poder persistir. Somos organismos vivos que hablamos y actuamos,
entonces estamos en relación con un continuo extenso o red de seres
vivos; no sólo vivimos entre ellos, sino que nuestra persistencia
como organismos vivos depende de esa matriz de relaciones
interdependientes sustentadoras.(18) Hacer
mundo es hacer comunidad y por lo tanto, como señala Butler, la
libertad de ese actuar en el mundo sucede como relación de igualdad
entre cuerpos plurales, igualdad que se afirma en la aparición.
*Esta
intervención, “Bodies in Alliance and the Politics of the Street”,
tuvo lugar el 7/9/2011, en Venecia, en el marco de la serie de
conferencias The State of Things, organizada por la Oficina de Arte
Contemporáneo de Noruega (OCA).
1.
Butler Judith, Cuerpos en
alianza y la política de la calle*,
revista Transversales no. 26, Junio 2012
2.
Arendt Hannah, La condición
humana,
Paidos, 2009, pag. 37.
3.
Ibídem.
4.
Ibid, pag. 38
5.
Ibid, pag. 39
6.
Ibídem.
7.
Ibid, pag. 42
8.
Ibid, pag. 45
9.
Butler Judith, Cuerpos en alianza y la política de la calle,
revista Transversales no. 26, Junio 2012
10.
Ibídem.
11.
Ibídem.
12.
Ibídem.
13.
Arendt Hannah, La condición
humana,
Paidos, 2009, pag. 44.
14.
Butler Judith, Cuerpos en
alianza y la política de la calle,
revista Transversales no. 26, Junio 2012
15.
Ibídem.
16.
Ibídem.
17.
Ibídem.
18.
Ibídem.
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